35 ENRAICÉ EN LA FÉRTIL TIERRA
© Manuel Peñafiel, Fotógrafo, Escritor y Documentalista Mexicano.
6/5/20254 min read
Desde 1982 vivo en el Estado de Morelos en una espaciosa y aislada mansión enclavada en la Barranca de Amanalco por donde silba el viento encañonado. En lo que sería mi jardín planté bambúes, larguísimos gigantes verdes que hacen valla protectora a miradas intrusas, sobre el césped las buganvillas explotan en ardientes esquirlas color fucsia. Las jacarandas dejan caer la flor tapizando el suelo con florecillas azuladas. La barranca es violenta y violeta.
Conozco a los animales de la barranca. Cuando tomo la ducha la misma araña me espía. En las tardes baja un petirrojo. En el jardín hay orugas, chapulines, campamochas y nerviosas lagartijas que son tan rápidas que se levantan del suelo en acelerada huida al notar mi presencia. Las iguanas languidecen bajo el sol sin inmutarse al verme pasar. Dentro de las habitaciones diversas salamandras se guarecen detrás de los marcos de las pinturas, a algunas les gusta el expresionismo, a otras el realismo, sin faltar aquellas que prefieren el arte abstracto. Tengo que cuidarme de los peligrosos alacranes.
Los animales llegan semejantes a inexpertos turistas y en la alberca se han ahogado ratas, abejas, ciempiés, y un tlacuache que sangró del hocico en desesperada angustia.
Dentro de la sala hay un espejo de agua, ahí vivieron durante el verano tres acurrucadas ranas. Una noche se me ocurrió imitar su croar pasando la uña sobre un plástico acanalado, el sonido fue parecido y las ranas se alborotaron, respondiendo las primeras veces. Después cayeron en la cuenta del engaño y jamás volvieron a hacerme caso.
Algunas veces dentro de la casa vuelan atrapadas libélulas que después de entrar no encuentran la salida, estas criaturas aladas no tienen el concepto del vidrio, así que empujan inútilmente contra las ventanas. Agotadas casi inmóviles es cuando logro sujetar a las libélulas, sorprendidas me miran con los enormes ojos de su cabeza rotatoria. Muerden mis dedos sin hacerles daño. Entonces las suelto hacia fuera y emprenden amplio vuelo. Pero otras veces huyen de mis manos y las encuentro al otro día en fallecientes crucecitas de sanguíneo encaje. Minúsculos remates para lápidas del suspiro. Durante las noches de tormenta los murciélagos encuentran refugio dentro de la sala. Amanecen prendidos de cabeza colgando del techo, permaneciendo ahí hasta que vuelve a anochecer y yo dejo las ventanas abiertas para que hallen salida hacia su vespertina libertad.
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Así pues, los años han pasado en esta amplia mansión con grandes ventanales, piso de barro barnizado y puertas gruesas de pino. En la mesa de noche tengo una libreta donde derramo pensamientos…..ser es la forma de violar a las circunstancias adversas. Estoy de luto por el ser humano esclavo. La belleza anula errores. Demagógicamente pálido. El minuto transcurrido no es uno menos a tu existencia sino uno más a tu supervivencia. La trascendencia es obligación. No seas otro si puedes ser tú mismo. El amor es acto de magia. El mal es la privación de la justicia. El lenguaje es la conducta utópica de los hombres. Soy alérgico a la mediocridad y al fracaso. Espejos de fuego perpetuo.
Bienvenidos al mundo de mi mundo. Tener la sencillez de un gigante. Contigo es estar conmigo. Contigo es vivirte. El amor sin lágrimas no es amor. La política es hacer creer que los errores propios los cometieron los demás. Bello como el pecado. El infierno es la matriz del macrocosmos. De la putrefacción nace lo puro. Tengo la pasión por lo imposible. Algunas personas dicen que los artistas estamos locos, lo que desconocen es que se vive en fascinante manicomio. No conozco amigos solo aduladores bandoleros que se han aprovechado de mi generosidad financiera. Cerebro: computadora de carne, desconéctate y permíteme dormir. Sé tu mismo sin que te influencien hormigas ni dragones. El genio conoce sus limitaciones. Que el afán de conquistar una meta te conquiste a ti mismo. Soy feliz con buena salud y el tanque de mi automóvil lleno de gasolina. El privilegio del artista es desafiar al mundo. La pesadilla del poeta es su memoria. Le tengo fobia a los clérigos y a los despertadores. Quiero mañana acordarme de nada, como si todo hubiese sido sueño o premeditada pesadilla. Temo al mañana, pues sé lo mucho que debo hacer. Mira bien este espejo, pero no creas lo que ves, eres solamente proyecto de lo que puedes llegar a ser. Cuando no se sabe hablar, es conveniente aprender a escuchar y luego a escribir. En las mañanas no leo los diarios pues no me gusta desayunar decadencia. Los ojos de los niños reflejan el éxito o fracaso de los adultos. Profesionalmente no acudo a llamadas urgentes, no soy médico ni repartidor de pizzas, sino artista. La historia personal se escribe con ausencia de cómplices. Soy el abuelo de mi duda. Los detalles hacen una leyenda. La realidad es una ilusión dinámica. Cuando te sientas enferma, bebe una cucharada de buenos recuerdos. La verdad no existe, solamente una imaginaria respuesta. El mayor fracaso de dios fue haberse creído deidad con esta decadencia supe que lo mejor es ser ateo. La vida es un concurso donde hay que competir contra uno mismo. Coleccionar pensamientos pesimistas es inaugurar museo de cadáveres. Hubo un niño que tenía el cuerpo transparente. La paternidad es egocéntrica, el sacrificio está en evitarla. Hay ocasiones en que pienso que estoy muerto, ¿ pero acaso no será eso la muerte, sino un eterno pensamiento ?
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©Manuel Peñafiel - Fotógrafo, Escritor y Documentalista Mexicano.
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