36 LA DONCELLA ALBINA

© Manuel Peñafiel, Fotógrafo, Escritor y Documentalista Mexicano.

6/5/202522 min read

En la casa donde vivo suceden muchas cosas. Con parloteo enramado las aves anuncian al amanecer. La mañana se expande solarmente. El jardín se puebla con innumerables criaturas todas ocupadas en distintas tareas milenariamente instintivas. Las hormigas son incansables, las libélulas reconocen el terreno volando en zumbante zigzagueo, algunas veces alguna ardilla intrépida se aventura dentro del terreno, por las noches he visto caminar un rechoncho armadillo.

Una tarde mansamente plácida escuché algo que se movía a mis espaldas, pensé que eran las lagartijas paseando sobre las hojas.

El sonido continuó acercándose. Supe que alguien estaba ahí. No sentí temor, sin voltear esperé a que hablara primero. Una tersa voz de nubes deshaciéndose llegó a mis oídos.

Su primera pregunta abrió nuestro diálogo.

¿ Qué harás ahora ?

Seguir buscando, respondí.

¿ Qué buscas ?

Me busco a mí mismo.

¿ Qué deseas encontrar ?

La plegaria cotidiana

¿ Por qué no vas al templo ?

La belleza de la vida es mi altar.

¿ Para qué es la belleza ?

La belleza de cada cultura enriquecerá al ser humano del mañana rompiendo inútiles las fronteras.

¿ Cuál es tu religión ?

No hacer daño al prójimo

¿ Solamente eso ?

¿ Tienes algo mejor que proponerme ?, repliqué.

La voz dijo:

Tu juicio acerca de la inexistencia de dios es acertado.

Aquella voz sonó líquidamente sedosa como listón que se vierte al enunciar estos preceptos:

Dios no existe, la mente debe descifrar las miradas de las estrellas Me agrada que seas un hombre que no se desgasta en peticiones a un dios inexistente, sino que actúas productivamente. La mente es errante nación capaz de consolidar un mundo subjetivo en movimiento. No hay necesidad de templos, ni supersticiosa religiones. El principal precepto para la coexistencia humana es ser uno mismo, mientras no se perjudique a otros. Respetar a las mujeres para ser digno maestro y alumno de ellas. No se traerán demasiados niños al mundo, en cambio se cuidarán a los que ya están aquí. El lunes es día importante, pues el primer día de trabajo nos acerca a la inalcanzable perfección. Cuida tu cuerpo que es herencia milenaria. La salud será combustible para despedir a una existencia sana. La muerte es solamente cambio, un pestañeo de nuestra condición. Polimorfismo será nuestra situación final en sincronía cósmica.

Aquella incorpórea voz continuó diciendo:

El pensamiento es una dimensión tangible en el universo. En este plano mental basta imaginar para darle cuerpo a las ideas.

Le pedí que me hablara de alguna idea.

La voz dijo entonces:

Antes de salir al combate usaban sobre la cabeza un penacho de flores congeladas que al derretirse refrescarían la fatigosa tarea en la batalla. A los tobillos sujetaban racimos mágicos hechos con los huesos comprimidos de aquellos héroes caídos en la guerra, y que instantes antes de morir decapitados por el enemigo habían invocado al vigor interestelar. Aquella energía que otorgaba fuerza extraordinaria a las guerreras; quienes gracias a sus robustos cuerpos podían cortar de tajo a sus atacantes que cegados por el resplandor de la luz rebotada en sus rotundos pechos eran incapaces de esquivar los sables de platino empuñados por ellas, que capitaneaban las legiones libertarias defendiendo la tesis de que sin el respeto a la mujer el círculo de la vida está incompleto.

Durante siglos las mujeres se han dirigido a la energía protectora mediante está invocación:

Con tu machete de diamante corta las espinas que ahogan al amor, en tus fuertes brazos protégeme de caer al vacío del temor. De tu corona de flores tomaré las semillas de un porvenir dichoso. De tus ojos saldrá la luz que me dará respuestas.

Ya no soy ahora huérfana.

Tu fuerza está en mis venas y en la razón.

Madrina de luz anida en mí, reverdece en mí, resplandece para mí.

La voz que me había estado hablando esa tarde disminuyó hasta hacerse imperceptible. Cuando calló volteé para ver quien era, sin embargo, no encontré alguna persona. Corrí entonces por papel para escribir lo que me había revelado.

* * * * * * * *

Varios meses transcurrieron, durante los cuales busqué los momentos para estar solo. Ansiaba escuchar aquella voz y curar mi ansiedad con sus respuestas. En el crepúsculo de un inquieto atardecer, salí al jardín donde me senté mirando la nada e imaginando el todo. Las hojas alrededor crujieron, supe que alguien estaba ahí. Esta vez sí volteé rápidamente para no perder su presencia.

Parada ante mí estaba una niña, quizás tendría once años, trece a lo mucho. Su cabello blanco albino caía lacio a los lados del rostro donde se apetecían carnositos labios. A su cuerpo de piel rosada, apenas lo cubría corta túnica sedosa plateada que llegaba abajo del pubis que el viento asomó al mover la tela. Vi tierno durazno abierto en humedad infantil. Las piernas llevaban pies desnudos que parecían ser tan ligeros como una idea.

¿ Eres tú la que me hablaste anteriormente ?, le pregunté.

La muchacha expresó: Dime primero ¿quién eres tú ?.

Su petición me tomó por sorpresa. Balbuceé contradicciones sin llegar a alguna parte.

Tranquilízate, me dijo, habla conmigo, soy tu amiga.

Escuchar la última palabra me conmovió. Tomé momentos para serenarme. Comencé a hablar lentamente, casi disculpándome:

Aún no sé quien soy, le dije. Creo que soy solamente montón desordenado de preguntas. ¿ Acaso diferentes personalidades capturadas dentro de frágil envase que es el cuerpo humano ?

¿ Estuche revolucionario es la mente, sucursal explosiva el corazón con anchas arterias ? ¿ Regenero una propia química que derrama mis propios matraces ? Irreverente, espinoso, puntiagudo, peligroso, despreciable, odiado, presumido, indeciso, glotón, redondo, bebedor, roncador, libidinoso, seductor, inconforme, imaginativo, creativo, filosófico, ateo, maniaco, generoso. Danzante con tonalidades vivas en el penacho. El viento vuela empujando mi navío con velas de papel periódico, veloz calendario se desliza con timón de cuarzo que ligeramente controlo en océano libertario conduzco mi buque de velamen percudido, el cual capitaneo con tribulación y tripulación espectral. Solitario desafío a los solteros elementos naturales del planeta. ¿ Acaso el fuego, el viento, el agua necesitan ayuda ? Soy elemento vanidoso que se complace a sí mismo en faena que consiste en destripar limitaciones en ardorosos rituales penetrando el himen de una núbil ninfa.

Amigos, desconozco si los tengo. Cuando uno se convierte en fenómeno es la curiosidad lo que atrae a la gente. Enjaulado en mis propias creaciones soy monozoológico diurno. Yo soy ese ser defectuoso, arenoso pero jamás luctuoso, respondí.

Ahora dime ¿ de dónde vienes tú deliciosa criatura y qué haces tú ?, le pregunté a la muchacha albina, quien pausadamente respondió:

Vengo del tiempo adelantado. De un lugar de nítido acrílico. Con hemoglobina ansiosa marcando hilillos granates en las comisuras, me aposento en propio laboratorio para producir mapas moleculares. Centrifugada enfrente a tubo de rayos catódicos, manipulo recursos para fabricación de medicina y proteína. Masticando la corteza de árbol cinchona reduzco la fiebre que aguijonea.

A pesar de esporádicos desmayos, refuerzo mi campo eléctrico con plegarias numéricas. Producción mental de quinina. El exceso de serotonina me ha hecho dar traspiés, pero el objetivo es construir agentes visuales que ataquen los tumores en la conducta de los seres humanos. Derrotar a los virus existenciales. La autocirugía psicológica es necesaria práctica, si el ser humano desea la superación. Ser uno su propio farmacólogo anímico. Fortalecer nuestros recursos físicos y producir pétalos espirituales tan fuertes como lotos de concreto.

Derramar estrógeno y testosterona en mujeres dignificadas con respeto y amor. Los esteroides, iluminarán sus íntimos ductos. El resplandor atravesará sus pupilas en ida y vuelta, en gira momentánea y espectacular, que generará el abrazo indispensable de la carne con la psiquis.

La resplandeciente chica terminó de hablar. Su boca esbozó consecuente pregunta, ¿ cuál es tu reacción ?

Permanecí en silencio instantes antes de responder, mis palabras salieron lentas:

De frente al aeropuerto de lo insólito, de espaldas al periódico atrasado, mirando el fierro torcido de un incendio, con el rostro salpicado, entiznado, el cuerpo inconcluso, correo de paquetería perdida…..cierro los ojos y recuerdo que soy un hombre dispuesto a despertar robustecido en cada día solar, emoción cotidiana, migaja de estrella, luz que puedo cosechar toda la noche de un olvido. Nacer a diario, crecer hasta llover en un triunfo.

¿ Qué piensas de todo esto ?, pregunté a la niña blanquecina.

Lo que yo opine ya no importa, lo que pienses tú, es lo que cuenta, respondió.

Aún así háblame, le pedí. Mis oídos tienen hambre.

La niña albina caminó hacia mí. El agua templada en sus ojos se meneó en olas vidriadas cuando dijo:

Salta sobre los agrestes arbustos usando tus cromados miembros, carga a tu cuerpo con la energía heredada por centurias. Mira alrededor los cristales esperan ser encontrados y leídos. Los libros del cosmos se graban en la sintonía infinita, aprende a leer los signos flameantes. Despluma al estelar pavo real y devora sus emitentes gajos de vitalidad. Como múltiples etiquetas, los sucesos se hallan impresos a las membranas de la medusa donde viajamos…..flotando, desgarrando a la realidad para hacerla vivible y digna.

Revueltos en bautizos arcanos de sangre, el líquido coagulado y amoratado forma instrucciones sobre las piedras de un templo sin dios que se regenera en síntesis cotidiana.

Dejaremos nuestro abrigo de piel colgado en perchero agradecido. Los jirones dérmicos en fantasmal vaivén despedirán esporas aún vivas, evitando que la mutación desgarre a la memoria con la despedida.

Los orgasmos disparados y eléctricos carnosos formarán molinos de aureola colgando de las habitaciones. El placer lustrará el juego de plata, el té no necesitará azúcar ya más. La lengua ha chasqueado en pulpáceos panales. Demasiados episodios recolectados durante varias vidas. La multitud de espectros se amontona codeando, nadando, aleteando…..regenerándose. Capas vibratorias, unas sobre otras. Estereofonía de ruidos, crujidos y quejidos. La jornada continuará con transmisor en mano llegarán las ondas imantadas a otras dimensiones fértiles que esperan ser marcadas en sintonía conciliatoria.

Llegaremos renovados con halo a nuestro rededor. La energía será nuestra provisión. Venas vidriadas por la fricción. Visión esmaltada. Arribaremos a la próxima época…..las eras esperan ser vividas.

¿ Y mientras esto sucede, qué debemos hacer ?, la interrumpí.

Por un momento temí que la chiquilla albina se enfadara con mi arrebato, sin embargo, con nítida paciencia continuó diciendo:

Empecemos cada día con gratitud hacia la vida, pues lo que tenemos, algunos nunca lo han conocido, ni lo harán jamás.

Hay ocasiones en que me siento vulnerable e indefenso, repliqué.

Mientras no haya enfermedad en la mente, será menor el riesgo de que aparezca en el cuerpo, me consoló.

En ese momento la doncella albina hizo un ademán que me indicó guardar silencio, entonces se llevó las manos a su cuello para desabrochar una cadena de donde pendía un prisma de cuarzo.

Colócalo entre el sol y tu vista de esta manera podrás leer lo que contiene, ella me dijo.

La obedecí, al principio solo vi su traslúcido diseño, luego algo comenzó a formarse. Tenía que leer rápidamente las palabras desaparecían para volver a aparecer otras, y así leí estos vibrantes párrafos:

Prismas matemáticos, ecuación de esperanza,

esquema trapezoide sin eclipse.

Solsticio sin ayuno, carne de cometa,

transfusión minuciosa en flotación ingrávida.

Conexiones límpidas dentro del plano exacto

iluminado con llamaradas cósmicas.

Tener el dominio de la rotación sobre sí mismo,

con el viento solar navegar en el espacio

por cinco mil millones de años.

Ensanchar la fuerza de la voluntad aún más

que un cinturón de asteroides.

Alcanzar con el pensamiento los diez mil

millones de galaxias.

La pulpa de la idea es que la realidad es

alternativa dinámica.

En el ambiente interestelar

el conocimiento termina nunca.

* * * * * * * * * *

La joven albina tomó la cadena con el prisma de cuarzo y la colgó a mi cuello.

Consérvala, me dijo. Con el tiempo aprenderás a leer los cristales cósmicos que son antenas y transmisores. Y si en alguna soledad hiriente me necesitas, mira dentro del cristal. Tal vez veas que me acerco quitándome el vestido para arroparte con mi cuerpo. Abriendo la boca para que con mi saliva barnices tu dermis afiebrada. En los pasadizos de vidrioso laberinto abrazaremos al placer que brindan las respuestas.

Ella se puso de pie y temí que se marchara. Le pedí que no lo hiciera pero se desplazó ligeramente en pliegues vaporosos. Su largo cabello se movió con el vientecillo vespertino. No me atreví a tocarla así que la alcancé para ponerme frente a ella.

La hermosa chica percibió mi rostro con la angustia torciendo los rasgos. Ella sabía lo que yo necesitaba escuchar:

Reconcíliate con tu pasado, me dijo.

¿ Cómo ?, salpiqué a mi pregunta con añeja tristeza.

Grítalo, llóralo, vomítalo. Quedarás purificado.

Antes de marcharte dime, si sabes, qué pasará con todos nosotros.

Está prohibido revelar el futuro, musitó la chica. Ustedes los seres humanos lo tienen que averiguar por sí solos.

Te prometo ocultar lo que me digas, le supliqué a la brillante joven.

Ella me miró condescendientemente, como quien observa a un niño que dice toda clase de mentiras con tal de obtener lo que busca.

Está bien, accedo a prevenirte que el futuro es aire arenoso revuelto con basura de suspiros ahogados. Quien posee goggles los tiene puestos pues el veneno en el ambiente rostiza los ojos. La contaminación provoca escozor en la piel. Calles desoladas, arterias secas citadinas. Los escaparates de las tiendas, exhiben bazar de sobrantes de guerra, cascos, trajes y botas con calefacción interna, videos hipnotizantes, abrigos de asbesto con piel de felino himalayo. El clima ha cambiado drásticamente, ahora los altos picos montañosos son habitados por fieras y hombres salvajes.

Los desperdicios químicos y orgánicos fermentan en hediondez circundante a raquíticas ciudades. Densos gases ambarinos se enredan a los débiles acordes de un coro de cautivos mutantes que entonan monótono plañir desde sus celdas en los sótanos de algunos edificios. En revoltijo idiomático el canto apagado habla de la cuchara de plata que se extravió en odisea interplanetaria.

La tecnología aplicada inmaduramente y la ambición humana han convertido al planeta Tierra en inmenso lote de chatarra espiritual y ruinas aceitosas.

El medio de comunicación es la telepatía, así que el ambiente es un enredo demencial de ondas alfa y beta, deseos, frustraciones y alaridos mentales.

Guiñapos humanos merodean por los tianquis donde expendios de cápsulas nutricionales, dildos, suspensorios contra radiación y extensa variedad de cosméticos narcotizantes se hallan para ser tranzados en trueque. En el mercado negro se venden jeringas, heroína sintética y alcoholes de cactus. Los hombres visten uniformes de plástico y según su deterioro mental es el color asignado a su vestimenta. Las mujeres descubiertas del torso usan solamente una pequeña pantaleta transparente, y largas botas a medio muslo equipadas con tacones eléctricos para autodefensa, al torso portan cananas cruzadas con proyectiles balísticos debido al número abundante de atacantes sexuales.

Los escuadrones encargados del orden cuando atrapan a un malhechor lo llevan al departamento de borrado mental, donde se arranca toda idea del cerebro dejándolo sin iniciativas peligrosas.

Para las personas desahuciadas emocionalmente existe el parque de suicidios donde se cuenta con distintas maneras para lograrlo. El gobierno del Estado mantiene éstas y otras diversas instalaciones a las que se concurre gratuitamente. Los embarazos indeseados se detienen con abortos electrónicos. Esqueletos petrificados de halcones y aves submarinas se alzan en los polvosos museos. Empañadas vitrinas exhiben escorpiones fosilizados, moluscos congelados y fetos de mamíferos disecados.

Telekinesis descontrolada es uno de los graves problemas; el desquiciamiento emocional de mucha gente impide la estabilidad de centros terapéuticos, velopistas y casinos.

Existen escasas diversiones legalizadas. Los cinematógrafos sensoriales han sido clausurados ya que incitaban al canibalismo sexual moda pervertida que fue traída por inmigrantes de sospechosa procedencia.

La cremación obligatoria se impuso para acabar con los desmanes que se suscitaban cuando existían cementerios públicos. La morgue se encuentra celosamente custodiada por la policía: la necrofilia es una afición cada vez más popular.

Ninguna persona puede entrar al matadero ni a sus frigoríficos sin autorización previa o identificación pues el bestialismo existe, y las alucinaciones colectivas frecuentemente conducen a estragos cuando la turba se enciende. Una de las mayores preocupaciones de la clase gobernante es encontrar las tabletas digitales donde los historiadores grabaron los excesos de corrupción de los gobiernos mundiales que provocaron el caos siglos atrás. Destruirlas es su aguda necesidad, pues si son halladas por la gente su divulgación prendería la violencia alimentada por el malestar y rencor con que está intoxicada la población.

Lluvias radioactivas han dejado invidentes a numerosas personas, un reducido grupo de estos mutantes se han internado en las profundidades del subsuelo donde construyeron su cuartel de operaciones, su sensibilidad extrasensorial se ha desarrollado junto con sus habilidades manuales, ellos se dedican a experimentar con aminoácidos y radiaciones dando a luz combinaciones vivas. Con cadáveres obtenidos clandestinamente han logrado acumular la energía que se desprende del cuerpo en el momento de la muerte, y en ocasiones exitosas se ha transferido este vigor a reencarnaciones controladas.

Dentro de este santuario subterráneo se conserva la gema que emite vibraciones a frecuencias espasmódicas con la sabiduría acumulada durante milenios. Este cristal contiene la energía liberadora que llevará a la gente al renacimiento que hará florecer la dignidad existencial.

El trabajo emprendido por estos sabios y personas de buena voluntad servirá para el nuevo sistema ecológico y social codificado con el nombre de Mariemca.

* * * * * * * * * *

El tiempo transcurrió desde la última vez que me había visitado aquella resplandeciente chica. Cierta mañana estaba yo sentado sobre la arena del tedio sintiendo aves desnutridas pasar ante mis ojos cerrados. Escuché pasos. La arena se movió en diminutas cascadas granulosas. Volteé el rostro y vi a la muchacha albina, se veía más alta que la última vez. Los dedos de sus pies desnudos parecían bocadillos crudos, subí la mirada por sus pantorrillas, los músculos de sus piernas eran saludables manzanas alargadas. Vestía delgada túnica de lamé dorado que llegaba a medio muslo, el escote era amplio, los delicados huesos de su esternón dibujaban pentagrama que apoyaba erectos pechos.

Aunque tenía toda la playa del planeta para hacerlo, se sentó tan cerca que me empujó ligeramente. Me agradó sentirla cerca.

No sé de donde sacó una hogaza de pan pues cuando llegó traía las manos vacías. Hundió sus largos dedos para extraer el migajón. Tiró el resto para que las hormigas lo desbarataran cargándolo en ondulante caravana.

La muchacha albina amasó el migajón, con la humedad de sus manos formó una pelotita, y me la extendió. Me gustó palpar su consistencia de pecadillo infantil.

Introdúcela en la boca, me dijo.

¿ Para qué ?, pensé.

Adivinando mis pensamientos, ella respondió:

¿ Acaso no viste que amasé el migajón de cara al día ?, fue la luz la que coció este alimento.

Sentí la necesidad de introducirlo a la boca. Dentro sentí su blandura bondadosa.

¿ A qué te sabe ?, me preguntó la muchacha.

A nada respondí.

Mastícalo, agregó. ¿ Qué sabor percibes ahora ?

Sin saber porqué, respondí que sabía a optimismo.

Así es, asintió la doncella resplandeciente. Con ese pedazo de migajón lava el mal sabor de tu boca. Nutrirse con la vida es limpiar los resentimientos con el pan de cada día, de otra manera caeríamos envenenados con pesares.

Valorar nuestra existencia es buscar el sabor que neutraliza la amargura. Si no crees en la absurda existencia de dios, escucha entonces a tus propios pensamientos en los cuales se encuentra tu código cósmico. Cada vez que te aflija una pena toma un trozo de pan, extrae el migajón y amásalo con tus manos. Observa qué color adquiere la masa, si la enmugras, lava tus manos. Refresca tu cara con el agua y vuelve a tomar otro pedazo.

Igual a modesto migajón es el espíritu de nosotros depende darle forma. Todos los sentimientos emanan de dentro hacia afuera.

Nosotros somos capaces de fabricar propios sentimientos. Seamos capaces de expandir los positivos y aplacar los negativos.

El sentimiento de soledad no debe existir, estamos constantemente acompañados por toda clase de criaturas, sonidos y sucesos del universo. Si en ti hay tristeza acábala, al rencor desbarátalo, apaga el odio. Si piensas en un color acudirá a tu mente y cuando dejes de pensar en él la idea desaparecerá, es lo mismo con nuestros sentimientos.

Cuando el pesimismo empiece a cubrir tu estado de ánimo cambia de canal como si tuvieras en tu mente el sintonizador de una radio.

Aprende a fabricar situaciones de bienestar mental constante. La armonía es una madeja oculta en los rincones de la vida, pero si abres bien los ojos encontrarás los hilillos asomándose por ahí. Toma uno, continúa buscando la madeja, no lo sueltes, no interrumpas la búsqueda pues corres el riesgo de perder el trama para un desenlace favorable.

La muchacha albina continuó hablando:

Cuando venimos a la vida en muchas ocasiones los acontecimientos materiales o emocionales dañan nuestra calma, perturban nuestra paz, impiden realizar nuestros deseos.

La agresión hacia nosotros surge frecuentemente, amenazando nuestra estabilidad, cerrando oportunidades empujándonos al miedo y a la depresión.

Sin pretender dar solución a todos los problemas, me atrevo a expresarte algunas sugerencias para meditarlas cuando el abatimiento caiga sobre ti.

Sé que todas las personas viven en circunstancias distintas, sin embargo, cuando sientas carencias observar a nuestro alrededor ayuda a cuantificar y valorar lo que tenemos. En ocasiones, no le damos importancia a los privilegios que nos rodean porque ya nos acostumbramos a poseerlos. Pensemos en nuestra buena salud. La salud es la silenciosa discreta compañera a la cual no le damos su merecido reconocimiento.

Vivir saludablemente permite desplazarnos a cualquiera que sea nuestro destino. Nuestro cuerpo es prodigioso mecanismo que funciona para darnos vida.

Cuando comienza el día inmediatamente ponemos a pensar a nuestro cerebro con los planes y necesidades a perseguir. Pero se torna difícil dar un paso hacia delante cuando algo en nuestro organismo falla o duele.

Para empezar a contabilizar los recursos propios de nuestra persona es necesario darle la debida importancia a nuestra buena salud. Valerse por sí mismo es autónomo privilegio. Estar libres de enfermedad y dolor es algo que debemos atesorar y mantener.

Nuestro cuerpo es un santuario natural dentro del cual se llevan a cabo asombrosas faenas fisiológicas. Demos a nuestro cuerpo los mismos cuidados que le daríamos a nuestra casa, la cual nos preocupa tener pulcra, funcional y reluciente.

No abusemos de las bondades de nuestro organismo. No lo deterioremos con toxinas, tabaco, licor o drogas que puedan dañar irreparablemente sus funciones.

La vida nos hace ricos instantáneamente al dotarnos de buena salud.

La vida tiene discretos, sin embargo deliciosos manjares en los alimentos naturales que contienen los sabores que la naturaleza ha infundido en ellos. Que tan seguido hemos paladeado plenamente sin distracción alguna la suave pulpa de una fruta. Cuántas veces nos hemos detenido por un instante ante nuestra mesa para contemplar los platos conteniendo las sabrosas viandas que nutrirán a nuestros cuerpos.

Son estos privilegios cotidianos los que se han olvidado por su repetición continua. No les damos importancia ya que nuestra mente muchas veces está puesta a pensar en preocupantes asuntos. Tenemos que valorar todos los detalles que nos rodean y que aparentemente insignificantes para nosotros los hemos devaluado, tales como dormir y descansar en pulcra cama, contar con agua corriente para bañar nuestros cuerpos, cubrir nuestra persona con tersas prendas perfumadas; todo esto es modesta riqueza a la cual le hemos dado la espalda, nuestros confortables zapatos son obsequios comparados con la pobreza atroz que mucha gente sufre.

Si perdemos la noción de los favores que la vida ha llevado a nuestras manos se formará un dañino vacío que drenará aspiraciones hacia la superación.

No pretendo con estas ideas que seamos conformistas y digamos tengo esto y a más no debo aspirar. Lo que trato de expresar es que si le damos la debida importancia a los detalles cotidianos éstos nos acompañarán a diario haciendo posible modesta fiesta diaria con cada amanecer sintiendo la luz del día, y aquilatando plenamente la existencia.

No es necesario ser rico o millonario de billetes para disfrutar de las bondades de la vida, para esto están nuestros sentidos, esas anchas puertas que frecuentemente olvidamos abrir. Somos poseedores de nuestros sentidos sin la necesidad de pedirle permiso a alguien ya que están dentro de nosotros.

Nuestros sentidos no tienen puesta una etiqueta con el precio de algún almacén, no hay necesidad de comprarlos. Los sentidos son nuestra valiosa posesión, nuestro propio equipaje para transportarnos a donde deseemos, están ahí esperando ser utilizados; con ellos podemos ver lo que el pesimista no vislumbra, con ellos podemos paladear lo que el distraído pasa por alto, somos capaces de sentir lo que el insensible ha perdido. Nuestros sentidos son el capital interno con que la naturaleza nos dotó, pongámoslos a trabajar.

Los ojos mirarán la multitud de pequeños acontecimientos diarios: la chispa de luz en los ojos de los niños, su inaudita decisión por ser independientes, el cabello trenzado de una adolescente, la marcha del universo, la lluvia de esmeralda sobre los pinos, la bravura del corazón humano.

Siendo optimistas la juventud acumulada a pesar de los años transcurridos no nos abandonará sin importar que edad tengamos; la juventud es estado de ánimo.

No hay límite. La voluntad se expandirá según nuestros deseos. Los sentidos despiertos harán desfilar ante nosotros el colorido carnaval de la vida. Nosotros compondremos la sinfonía para acompañar el desfile de eventos que comenzó el día que nacimos.

* * * * * * * * * *

Por razones que a veces parecen inexplicables en el mundo donde vivimos la agresión brota en distintas formas, a lo largo de nuestra vida. Las personas reciben agresiones que vienen de fuera. Para combatir la depresión es necesario evitar la agresión que nosotros mismos podamos generar en nuestra contra. Muchas veces solemos maltratarnos, despreciarnos, recriminarnos, llegando al grado de injuriarnos mentalmente.

Si los planes salen mal, el frustrado resultado será castigo suficiente, sin embargo muchas veces solemos autocastigarnos indefinidamente, o ser verdugos con las personas que nos rodean haciéndoles reproches y recriminaciones que a nada conducen.

La mente se encarga de sacar a relucir el incidente frustrado o el error cometido desgraciadamente cuando nos encontramos en los mejores momentos de nuestro estado de ánimo. El pensamiento aguijonea como escorpión. En ocasiones la mente recrimina sin piedad hasta sangrarnos anímicamente.

Cuando la autorecriminación surja involuntariamente o voluntariamente, debemos cambiar en ese preciso momento la dirección de nuestros pensamientos. Si algo nos salió mal no tiene caso autocensurarnos, esto envenena el estado de ánimo. Si hay solución al problema busquémosla. Si un error tiene remedio tratemos de repararlo con serenidad, no dando traspiés con mal humor. Si no hay solución, entonces abandonemos el problema antes que asfixie como hiedra.

Los errores pasados cortémoslos como malignos tumores. Pensar hubiera hecho esto, no conduce a alguna parte. Hubiera es verbo híbrido e inútil.

En la dimensión donde vivimos es imposible viajar al pasado, nada se puede hacer si algo desafortunado ocurrió. El verbo hubiera se debe sustituir con un alerta para la próxima vez. Si existe un remedio para algo infortunado, el hubiera se debe cambiar por un haré.

La mente es la fabricante de ideas, planes, proyectos, sueños, deseos y acciones. Entonces es saludable practicar constantemente el estar bien interiormente.

Al despertar cada mañana, dite a ti mismo: Hoy estaré bien. Hoy es el estado más importante en la vida del ser humano. El pasado está muerto y el futuro aún no nace.

En ocasiones nos aflige el futuro incierto. El futuro es intangible por eso no debemos permitir que nos agobie.

Para llegar a metas previstas a futuro es necesario cimentar nuestros actos sobre algo sólido que es el hoy. Para llegar al futuro debemos construir saludable puente con todos nuestros hoy. Hoy es lo que estamos viviendo, vívelo con ánimo, aprovéchalo pues no volverá.

Hoy muere con la noche y no hay ser humano capaz de detener el tiempo. Observa las hojas como se mueven con el viento, mañana no lo harán de la misma manera. Vive tu presente sin miedo, sin tristezas ni amargura. Lo que fuiste capaz de hacer hasta hoy atesóralo, y si crees que las bolsas de tu espíritu están vacías entonces llénalas. Pero no quieras correr con ansiedad. El día es largo y suficiente, más de lo que pensamos. El día es el bondadoso espacio de tiempo que nos permitirá obsequiarnos lo que seamos capaces de lograr.

Vive tu presente y haz una contabilidad de lo que tienes. Vivir para acumular pequeñas conquistas cotidianas es saludable encomienda. Es bueno vivir un día a la vez sin permitir que el mañana nos angustie.

La vida es muy valiosa para desperdiciarla recriminando al pasado y preocupados por el futuro, con actitudes pesimistas el hoy se nos escapará, en cambio aprendamos a vivirlo. El ayer ya se borró y el futuro aún no se vislumbra, esto es el misterioso suceso llamado tiempo.

El hoy bien vivido puede ser el mejor camino a un feliz futuro bien logrado.

Seamos dueños y soberanos de nuestra persona. La mente, los sentidos y los privilegios con que la naturaleza nos dotó serán instrumentos para sobrevivir, vivir y revivir.

Amemos nuestra persona, apreciemos los sentimientos y sensaciones. Démonos el cariño que le daríamos a un amigo. Seamos amigos de nosotros mismos. Llevemos una sana disciplina sin flagelarnos cuando haya equivocaciones en el camino.

Amemos nuestro trabajo por lo que representa y a lo que nos conduce. No usemos el trabajo como medio para ganar cada vez más dinero, pues si no lo conseguimos, el noble trabajo será mutilado por frustración.

El mundo tiene varias facetas, pulamos éstas como quien talla una gema. La vida puede llegar a ser un prisma con luces y destellos. Tratemos de encontrar el lado positivo.

Si eres capaz de apreciar todos los detalles a tu favor entonces serás emocionalmente rico. Si en cambio, te pones a contar tus carencias, nunca acabarás de hacerlo, y te convertirás en pesimista menesteroso. Seamos entusiastas y productivos sin que la ambición material desmedida taladre nuestra paz.

El mundo es nuestro, está esperando ser caminado, las alternativas están ahí nobles y silenciosas semejantes a una red esperando que la tome el decido pescador.

La resplandeciente doncella albina cesó de hablar y se alejó sin despedirse. Durante días tuve hambre por verla de nuevo.

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El clima caluroso de la Barranca de Amanalco donde está enclavada mi casa rasuraba las horas con deseo, gracias al desplazamiento que permite la desintegración corpórea yo era capaz de beber los jugos de la mandarina reluciente y henchida que yacía con leve resplandor. Alargué la mano, rocé detenidamente sus poros abiertos y las puntas de mis yemas se hundieron en su textura antojadiza, con la uña hambrienta hice la primera cisura para desprender la cáscara y llegar a los gajos de cristal brillante, gordos de sabor. Uno a uno mordí esos gajos que eran de vidrio filoso y jugoso, las astillas cortaron mis labios, encías, penetrando a la lengua, algunos trozos quedaron incrustados en el paladar. Engullí toda la fruta entre saliva y sangre; tragarla desgarró la carne a su paso y borbotones rojos ahogaron a mi respiración y a mis sentidos. Pesadamente me recosté en el suelo de barro cocido de la habitación. Débil el cuerpo se entregó a la inconsciencia yaciendo encharcado en mancha grana que despacio se fue escurriendo por el piso, y con movimiento independiente subió por las paredes transformado en enorme arácnido de hemoglobina, sus mojadas extremidades por las hendiduras hallaron la salida al jardín, rodeando los obstáculos, cubrieron cual tibio manto la maleza, las curiosas aves sorbieron el líquido y al emprender el vuelo se transformaron en corazones pardos que palpitaron en singular sincronía; cada latido hacia crecer al siguiente y entre los aires, la resonancia fue aumentando hasta introducirse entre las ramas, metiéndose a las horas, a troncos, a raíces, a las profundidades, y conducidas las palpitaciones entre las vetas de la tierra se propagaron en la distancia emergiendo lentamente a la superficie por debajo de donde la hermosa doncella albina yacía amodorrada en vespertina somnolencia. La constante vibración subió por el lecho de la chica entrando por su tierna piel a su acurrucado cuerpo. Al principio el ronroneo se confundió a su sueño, sin embargo constante fue la vibración tocando las puntas de sus dedos, envolviendo sus rodillas, acariciando sus incipientes pechos, deslizándose entre sus tersos muslos, palpando la humedad en su vagina de rubí, y sin ella darse cuenta claramente, entre delirio adormilado sintió placer en orgásmica madrugada. Despacio amaneció, y vagamente recordó haber mordido los pliegues de su almohada.

Más tarde, el día llevó algunas golondrinas con las pajillas en sus picos que requiere un nido al cráter de una incipiente idea, depositando ahí los huevecillos de ave errante; la cría empollada voló y en su aérea ruta atravesó un cementerio, aleteando dichas aves entre lápidas buscando comida, leyendo nombres inscritos en idiomas diferentes entre el moho y el mármol. Los muertos dieron alpiste a sus picos, sus óseas manos no lastimaron a las aguilillas en miniatura que se acercaron ávidamente; con sus ojillos observando a los que las alimentaban, quienes al abrir sus huesudas quijadas levantaron polvillo luctuoso. En una frecuencia solamente escuchada por las aves, el mensaje se transmitió anunciando detener las lágrimas de aceite, ordenando suspender la infección del ánimo, ratificando el ser humano crea a sus deidades según la época, necesidades y ambiciones. El hombre moldea a dios a su imagen y semejanza.

Los muertos hablaron y aullaron con sus esqueletos de plata centurial, gimieron y en cavernoso eco con el vuelo de la parvada delinearon por un instante la palabra mañana en el horizonte. Las plumas de las aves en velocidad zigzagueante se hicieron de fuego y cayeron, marcando a la gente en la frente y en el bajo vientre. Algunos tropezaron, otros perdieron la vista, sin embargo, algunos esa noche engendraron a renovados herederos.

Después de esto, la muchacha albina jamás volvió y fui incapaz de agradecerle su legado.

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©Manuel Peñafiel - Fotógrafo, Escritor y Documentalista Mexicano.

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