46 DOCUMENTALES DE MANUEL PEÑAFIEL

© Manuel Peñafiel, Fotógrafo, Escritor y Documentalista Mexicano.

6/5/20255 min read

Los Últimos Zapatistas, Héroes Olvidados

El General Emiliano Zapata fue un hombre que tuvo el valor suficiente para levantarse en armas exigiendo los derechos de los campesinos morelenses, esto no lo leí en algún libro, fue mi abuela materna Josefina, quien después de sobrevivir a la Revolución Mexicana, me narró conmovedores anécdotas. Una tarde en la que me encontraba haciendo la tarea escolar, le pregunté por dicho personaje, del cual la maestra de primaria nos había encomendado redactar su biografía. Mi abuela enfática, expresó: " Escucha nieto lo que aquí te digo, y no olvides de apuntarlo en tu cuaderno. Emiliano Zapata fue un hombre limpio entregado a una causa, la justa distribución de la tierra para sus paisanos. Durante esa lucha fraticida iniciada en 1910 la cual cobró la vida de miles de mexicanos, muchos fueron los oportunistas que solo se ocuparon en obtener provecho personal, disfrazada su ambición bajo un falso patriotismo. Pero El Caudillo del Sur dio su vida por sus ideales, a él jamás lo corrompió la codicia. "

Los años transcurrieron, la infancia se evaporó transformándose en confundida neblina juvenil; cuando llegué a la edad adulta la sobrepoblación y la contaminación de mi nativa Ciudad de México me obligaron a migrar al Estado de Morelos. Fue en este cálido lugar, donde hicieron eco las verídicas sentencias de mi abuela Josefina acerca de los valerosos guerreros que integraron El Legendario Ejército Libertador del Sur, comandado por Emiliano Zapata, aquel moreno prócer nacido en Anenecuilco. Así que decidí filmar un documental cuyos protagonistas fuesen los escasos veteranos diseminados en dicha entidad. Cuando enfoqué la lente, mis ojos se hirieron al ser testigos de la pobreza en que los ancianos persistían, sus humildes hogares fueron los anticipados sepulcros de aquellos a quienes la historia no les dedicó renglones descriptivos de su bravura natural, para mí fue un honor haber conocido a los últimos zapatistas, ellos me confiaron sus recuerdos exhumados del pozo de la frustración.

El 13 de enero de 1999 acudí a entrevistar al Capitán de Infantería Manuel Carranza Corona, me entristeció encontrarlo riesgosamente endeble, su salud era frágil, seca de optimismo, él lo sabía, aún así me recibió cortésmente. Lo observé detenidamente mientras él me narraba trozos y percances de su áspera caminata vivencial. De sus ojos no proliferaba destello alguno, sus yermas miradas yacían detrás de añejas lágrimas de opaca vidriosidad. Se me dificultaba entender lo que decía, su voz emergía dificultosamente con el sonido de una herida rasguñando a su garganta. No había transcurrido mucho tiempo en nuestra charla, cuando Don Manuel perdió el conocimiento, su hijo le puso la mano en el pecho, exclamando preocupado: " Ya no siento los latidos de mi 'apá "

Córrale por el médico, atiné a decirle. Junto con su esposa e hijas, trasladamos al agonizante viejecito a su cama. Todavía respiraba cuando lo arropamos con un sarape.

Me olvidé de los ahí presentes, amigos he tenido nunca, invariablemente la gente me busca a cambio de algo, sin embargo, consideraba al Capitán como a un camarada, un miembro de mi decepcionada pandilla.

Tocayo: ¿ Me oye ?, le pregunté casi gritándole al oído. Respuesta no escuché.

Lo observé de nuevo, ése es mi trabajo, hacer vivisecciones existenciales de las personas para luego retratarlas conformando galería de lamentos.

Don Manuel: ¡ Respóndame, ansío despedirme de usted !

Los párpados del Capitán Manuel Carranza Corona vibraron, semejantes al frágil aleteo de agonizantes mariposas en desesperado estertor. Abrió su boca desdentada, y de esa moribunda caverna, emergió su aliento con el filoso silbido del epílogo, su vida se le había escapado cual rebelde fugitiva negándose rotundamente a volver.

Los sollozos de sus familiares me hicieron comprender que yo no era el único afligido, me aparté de su lado. La cámara colgaba de mi hombro, me dispuse a dispararla, su viuda me miró sin recriminación alguna, comprendí que aceptaba mi presencia como recaudador de imágenes, simultáneamente activé la cámara de videograbación.

Los postreros momentos del veterano combatiente quedaron preservados en la película dinámica, y el solemne retrato en su lecho mortuorio fue capturado en fotografía fija. Con ambas obras fue mi deseo rendirle homenaje a ésos intrépidos que arriesgando todo se levantaron en contra de la dictadura de Porfirio Díaz. Los ardorosos revolucionarios eran motivados por el afán de erigir una mejor Patria, limpia del abuso de poder, pero ellos se toparon contra el egoísmo de los gobernantes, enemigos pertrechados dentro de sus trincheras burocráticas.

Los últimos zapatistas fueron abandonados igual que ajadas banderas empolvadas, convertidos en himnos de dolor, águilas sin honroso nido, capítulos de injusta historia, fueron ellos los héroes olvidados.

Manuel Peñafiel

Autor de los documentales Los Últimos Zapatistas, Héroes Olvidados; y Pancho Villa, la Revolución no ha terminado.

Autor del libro Emiliano Zapata, un valiente que escribió historia con su propia sangre - Testimonios de los veteranos del legendario Ejército Libertador del Sur.

Documental Los Últimos Zapatistas, Héroes Olvidados Prólogo de su autor Manuel Peñafiel

Pancho Villa fue un cartucho de dinamita Texto de Manuel Peñafiel

Pancho Villa, la Revolución no ha terminado

Para mí Pancho Villa fue un cartucho de dinamita, él fue la explosiva insurrección provocada por la inmisericordia con que los antiguos hacendados trataban a sus peones y subordinados, trágicamente en nuestra época las injusticias se desbordan de la misma manera escandalosa que en el pasado, me ofenden y conmueven las penurias que tienen que soportar mis paisanos. Por estas razones decidí ser productor de este documental y el director de fotografía, para que los testimonios de aquellos que conocieron personalmente al Centauro del Norte ratifiquen que Pancho Villa luchó por erradicar lo que desgraciadamente aún perdura, hablo de la ofensiva y galopante corrupción que ha hundido en el fango a nuestra nación.

El Centauro del Norte fue un rebelde avalado por la legitimidad de sus demandas con sobradas causas para desenfundar su pistola, ningún individuo llega a la vida predestinado a la violencia ésta se deriva de las circunstancias. Doroteo Arango después conocido como Pancho Villa nace en condiciones de extrema pobreza, los niños marginados afligidos por el frío y las enfermedades se arrastran en angustioso debatir por conseguir algo de comida.

Me propuse producir y dirigir la fotografía de la película documental Pancho Villa, la Revolución no ha terminado, para que la gente de todas las nacionalidades escuche de viva voz cuáles han sido y continúan siendo los motivos de los marginados para manifestarse en contra de la tiranía gubernamental, que aún hoy en día mutila las aspiraciones de mis castigados paisanos.

Durante dicho rodaje los entrevistados me revelaron su íntima biografía, aquellos ancianitos recobraron el vigor al constatar que había alguien dispuesto a escucharlos, vertiendo en sus remembranzas la decepción acumulada durante su penosa existencia.

El abuso de poder y corrupción gubernamental ha condenado a la miseria a millones de mexicanos, los brotes de inconformidad brotan constantemente en todo el país, lo que me hace afirmar que la Revolución no ha terminado.

Mientras a los niños se les hurte la infancia obligándolos a trabajar, y a los adultos se les despoje de su dignidad, la Humanidad jamás ocupará un sitio digno en el Universo.

Manuel Peñafiel, autor del documental Pancho Villa, la Revolución no ha terminado; y del acervo fotográfico Pancho Villa, aquellos que lo conocieron.

©Manuel Peñafiel - Fotógrafo, Escritor y Documentalista Mexicano.

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De izquierda a derecha:

10 El dios Quetzalcóatl en la Ciudad Sagrada de Teotihuacan, 1975 ©Manuel Peñafiel.

11 Teotihuacan, 2016 ©Manuel Peñafiel.

12 Teotihuacan, 2016 ©Manuel Peñafiel.

De izquierda a derecha:

10 El dios Quetzalcóatl en la Ciudad Sagrada de Teotihuacan, 1975 ©Manuel Peñafiel.

11 Teotihuacan, 2016 ©Manuel Peñafiel.

12 Teotihuacan, 2016 ©Manuel Peñafiel.